lunes, 12 de febrero de 2018

Estructura de la sesión de entrenamiento en sub-12.

La mayoría de l@s que ahora entrenamos a jóvenes al principio comenzamos utilizando con ell@s la misma "metodología" con la que aprendimos nosotr@s el rugby. 
Cuando llegué al club para ayudar a entrenar a chaval@s también lo hacía así: aplicaba lo mismo que había visto como jugador, no porque creyera que fuera lo mejor, sino porque no conocía otra forma.
Afortunadamente, vamos aprendiendo algunas cosas y los tiempos de la vieja escuela van quedando atrás en cuanto a dos grandes aspectos, como la estructura de la sesión de entrenamiento y, digámoslo así, la pedagogía para el aprendizaje deportivo.

De lo que toca hablar hoy es de lo primero, la estructura: los elementos que suelen componer un entreno en sub-12. No se trata de un esquema fijo (al final hablamos de algunas variantes), sin embargo, sí es una fórmula que nos acerca al éxito y su aplicación mejorará con la experiencia (1).


TEMA

Para empezar, una sesión de entrenamiento va sobre un único tema (o dos, como mucho). Es decir, solo se trabaja un aspecto del juego: avanzar, placaje, evasión, etc.
En realidad es imposible trabajar solo una cosa, porque muy difícilmente se encuentran componentes del juego totalmente aislados del resto, pero queda claro que el foco se pone en uno. Y este puede llegar a ser muy concreto, como por ejemplo, el contrapié, si se trata de un aspecto que esta resultando especialmenete difícil de asimilar, o por otras causas.

Antiguamente eran comunes las sesiones con un poco de pase, un poco de placaje, un poco de ruck... Estoy convencido de que no es una manera eficiente de trabajar. Entre otras razones, porque cada uno de los elementos debería trabajarse de forma integral (como veremos después), practicando tanto la técnica como la toma de decisiones en cada uno de ellos.

¿Y cómo se elige el elemento a trabajar en la sesión? Pues debería depender de la planificación. En sub-12 esta va por trimestres y dentro de cada trimestre (o mesociclo) normalmente dedicamos un día de la semana al movimiento del balón y el ataque y otro a la "conquista" del balón. Si no hay trobada, el sábado solemos reforzar lo que haga falta según los objetivos marcados.
Realmente, no me parece adecuado ponerse a entrenar lo que ha salido mal en el último partido, ya que estamos formando jugador@s a largo plazo y deberíamos priorizar los aspectos básicos e ir trabajando sobre ellos una vez asentados, siempre de acuerdo con esa planificación previa (2).


ACTIVACIÓN

Creo que fue una de las primeras cosas que cambié en la forma de entrenar a l@s chaval@s. En vez de hablar de "calentamiento" hablamos de "activación", porque esta incluye la preparación tanto física como mental para la sesión. 
Solemos comenzar con juegos porque con ellos se alcanza una buena intensidad y porque permiten ejercitar todo tipo de habilidades rugbísticas en una sola actividad.

Normalmente, si hay jugador@s en el campo antes de que lleguemos l@s entrenador@s, nos gusta que ya estén calentando con un tocata (rugby sin placaje). A veces dejamos que continúen, variando alguna regla para que sirva ya para lo que se va a trabajar después. Si no, un juego que usamos muy a menudo para activarles es nuestro "Cuadrado de la Muerte" (3). Si lo habéis visto sabéis que sobre todo potencia el manejo y el movimiento rápido del balón (espero que se contagien de esta obsesión), la protección del balón, el contacto y, muy especialmente, la activación mental (por eso lo usamos también antes de los partidos).
Pero, aunque este lo usamos porque nos viene bastante bien para nuestros propósitos, no es que sea un juego más extraordinario que el resto. Con cualquier otro l@s niñ@s también pueden trabajar un montón de elementos y lo hacen divirtiéndose, por lo que además le meten intensidad. 

Se dice que alguien que observe un entrenamiento debería ser capaz de saber de qué irá la sesión solo viendo la activación. Esto es porque, como hemos dicho, solo se trabaja en profundidad un tema por sesión y porque la activación física y mental debería ir enfocada específicamente a preparar a la muchachada para trabajar ese tema.
Así pues, aunque usemos el "Cuadrado de la Muerte" innumerables veces, siempre cambiamos algunas normas, para que sirva de adaptación a lo que vamos a trabajar después.
Y si no usamos el Cuadrado, usamos cualquier otro juego. O tocatas, con normas que varían según las necesidades del entrenamiento (4).

El tiempo de "calentar" haciendo las típicas líneas de pase ya pasó a la historia. Es aburrido para l@s niñ@s, por lo que se hace sin motivación y tampoco provoca una activación mental. Además, solo se trabaja el pase, pero de una forma totalmente irreal que no sirve para la adquisición de una destreza (5).

Y de dar una vuelta o dos trotando alrededor del campo mejor no hablemos... ¡Pero qué bien viene cuando no te ha dado tiempo a preparar el espacio para la sesión! =)


SITUACIÓN PROBLEMA

Básicamente, se trata de plantear un juego o un ejercicio en el que se evidencie la necesidad de trabajar aquello de lo que va a tratar la sesión: si va a ir sobre pases largos se plantea una actividad en la que solo se tendrá éxito gracias a la ejecución de ese tipo de pases, por ejemplo, ampliando las distancias entre compañeros. Es como la revelación que justifica la sesión que va a comenzar.

Este es uno de los dos aspectos más complicados para mí al preparar una sesión. A menudo me supone un auténtico quebradero de cabeza encontrar o diseñar el ejercicio más adecuado para que l@s propi@s jugador@s "descubran" que deben mejorar unas habilidades concretas y practicarlas en el entrenamiento. 

A veces usamos el mismo juego de la activación, con sus normas modificadas, para evidenciar el problema que la sesión nos ha de ayudar a solucionar. Algunos ejemplos: movimiento rápido del balón, recepción y pase en carrera, gestión de los agrupamientos... 


EJERCICIOS ANALÍTICOS

Nosotros solemos pasar a esta parte sin practicar antes ninguna situación pedagógica (después se explica en qué consisten), aunque vamos a intentar modificarlo.
Los ejercicios analíticos son aquellos en los que solo se practica el gesto técnico y muchas veces se pueden ejercitar de forma individual, como cuando se trabaja un contrapié con conos o el placaje a uno de los tubos. 
Otras veces se necesita a algún/a compañer@, como cuando hay que entrenar el pase y recepción (es complicado que un balón de rugby te vuelva solo) o cuando hay que placar a un rival "de verdad". Pero en todo momento lo que van a hacer está establecido con anterioridad: va a recibir mi pase y me lo va a devolver; va a caminar por mi derecha y yo le espero aquí para derribarle; le alejo del balón con el hombro, pero sé que no me lo disputará porque lleva un escudo... y así.
En definitiva, el jugador no toma decisiones aquí. Solo progresa en la ejecución técnica, adquiriendo una mecánica adecuada en los movimientos.


SITUACIONES PEDAGÓGICAS

Una de las partes más importantes de una sesión de entrenamiento. Se trata de ejercicios que involucran a un grupo reducido de jugador@s en acciones aisladas del juego donde hará falta la técnica practicada en los ejercicios analíticos previos para tener éxito. Aquí ya hay un ataque y una defensa y se modifican todas las variables (espacio, tiempo, jugadores en cada bando, tipo de defensa, etc.) para adecuar las situaciones a lo que se ha trabajado.
La situación pedagógica básica sería un uno contra uno (1v1) y, a partir de ahí, se puede dar todo tipo de combinaciones: dos contra uno (2v1), un atacante y otro que se incorpora contra un defensa (1+1v1), 3v1, 3v1+1+1, 3v2... Y así.

A estas situaciones se las llama "abiertas" (las analíticas son "cerradas") porque se dispone un planteamiento de salida, pero su desarrollo y final no están establecidos de antemano, sino que dependen de las decisiones que tomen l@s jugador@s
El aprendizaje aquí está en la TOMA DE DECISIONES: el hecho de tener a un/a oponente ejerciendo presión nos obliga a "pensar" y esto es lo que nos permite transformar la simple técnica adquirida en skill (destreza). 
Es pura matemática:
TÉCNICA + PRESIÓN = SKILL

Solo la técnica no nos vale para nada en un partido de rugby. Ya dije en otro post que todo entrenador, sea cual sea su estilo, aspira a que sus jugadores "piensen", es decir, que tomen en todo momento la decisión más adecuada sobre qué hacer, cómo y cuándo a lo largo de un partido. Esto se consigue a base de plantear este tipo de situaciones (es decir, abiertas) en los entrenamientos.


El maestro David Carreras ideó (y registró) este "ecualizador" con el que controlar los parámetros requeridos al diseñar
ejercicios (drills) de rugby. Tenerlo en mente resulta muy útil para adaptarlos sobre la marcha.


Cuando sabes qué es lo que quieres trabajar en un entrenamiento, es fácil recopilar unos cuantos ejercicios o juegos sobre el tema. Si consultas internet tienes un millón a tu alcance. Pero, para mí, la otra cosa más complicada a la hora de preparar la sesión es conseguir establecer una evolución en los ejercicios (cerrados y abiertos) lo más adecuada posible. Entiendo que no sea algo especialmente arduo, pero a veces cuesta encontrar la selección "perfecta" de entre todos los ejercicios que pueden barajarse.

Un apunte: en los ejercicios debemos tener cuidado de que no se formen colas demasiado largas de jugadores que esperan entrar en acción, porque matan la activación en todos los aspectos. Por eso intentamos tener dispuestos varios espacios para, si es posible, que tod@s l@s jugadores estén ejercitándose a la vez o con una espera adecuada para la recuperación tras el esfuerzo. 


JUEGO (MODIFICADO)

Después de asumir la necesidad de mejorar algún aspecto de nuestro juego, de ejercitarlo técnicamente y de poner esa técnica a prueba bajo presión en situaciones condicionadas, ahora es el momento de trasladar lo aprendido durante la sesión a una situación de juego lo más real posible. Aquí participa todo el equipo en un partido simulado, modificado por necesidad (por ejemplo, sin melés o touches por falta de jugadores o tiempo) o por interés, modificando algunas normas para potenciar el uso de lo que se ha trabajado durante el entrenamiento.

No hará falta decir que resulta muy gratificante apreciar cómo durante este "partidito" aplican con éxito lo practicado durante la sesión, aunque no ocurre tantas veces como desearíamos.


FEEDBACK

Al principio y al final se da feedback sobre el entrenamiento en nuestro "círculo sagrado".
La primera vez (preferiblemente antes de la activación) se explican los objetivos de la sesión y se introduce o recuerda algo de teoría necesaria. También se comentan cosas de otros entrenos o partidos.
En la recapitulación final se repasan los contenidos de la sesión y los conceptos aprendidos. Antes de una trobada se dan algunas instrucciones y se explican los objetivos concretos para ese día (6).


VARIACIONES

El tipo de sesión que se ha descrito aquí está basado en un modelo "todo-parte-todo", en el que se empieza por lo general, se pasa a lo más concreto y se acaba con lo general otra vez.
Pero hay otros modelos o variaciones de este. Por ejemplo, un esquema "todo-parte-todo-parte..." en el que, tras una activación se pasa al juego modificado que se irá interrumpiendo a lo largo de la sesión con diversos "talleres" más analíticos o pedagógicos para potenciar aspectos del juego que se vea más necesario potenciar.
De hecho, es probable que tiremos de este modelo más a menudo en las próximas semanas, procurando transferir inmediatamente a situación de partido algunas habilidades. En ocasiones, casi más como una "adaptación" que como un auténtico aprendizaje (7).

También variamos el esquema de la sesión para poder practicar fases estáticas de conquista (melés, touches y los saques) u otras situaciones de partido.

Otro tipo de sesión que nos ha dado buenos resultados (aunque casi nunca usamos) es el de basarla en un partido de rugby al que se le van cambiando las reglas en función de lo que haga falta potenciar. Por ejemplo, prohibiendo u obligando a ciertos tipos de acciones: no correr de lado, marcar tras al menos tres pases, no placar por encima de la cintura...
En realidad no estoy plenamente convencido de que sea un buen recurso didáctico, pero las poquísimas veces que lo hemos usado ha funcionado bastante bien. 

Y en general, ya se sabe que según cómo desarrollándose el entrenamiento puede verse la necesidad de irlo modificando sobre la marcha. Así que ni modelo, ni esquema. A improvisar.


Para terminar voy a hacer hincapié en que lo que acabo de describir es solo un marco teórico, una pauta. No quiero caer en el error común de creer hacer algo bien solo por el hecho de (creer) saber cómo se hace. De la teoría a la práctica hay un mundo y aún falta mucha experiencia por acumular, por lo que todavía queda mucho margen de mejora.
Es más, el simple hecho de revisar y poner en orden las nociones aprendidas sobre el diseño de una sesión ha provocado que empecemos a aplicar unas cuantas correcciones en los próximos entrenos.

En fin, si está bien como teoría, sacarle todo el provecho en la práctica ya será la leche. Aunque para entonces puede que ya conozcamos teorías mejores.



(1) Cada maestrillo tiene su librillo y cada cual sabe lo que mejor conviene a su equipo, así que lo que explico aquí solo es lo que nosotros aplicamos en sub-12 y está dirigido, principalmente, a padres, madres y jugador@s de sub-12.
Si en algunos momentos comparo la metodología de la nueva escuela (que tampoco es tan nueva) con la que se solía usar es solo para entender por qué la adoptamos en nuestro equipo.
Por eso mismo invito a cualquier entrenador/a o aficionad@ que lea estas líneas a debatir el asunto y/o a mostrarme otras metodologías que desconozca.

(2) Aun así, es bueno un cierto equilibrio entre el corto y el largo plazo. Si, por ejemplo, no hay que volverse loc@s con las melés en las trobadas, pero sí podemos dar algunas claves para que vayan desarrollando una melé más fiable hasta el día en que toque entrenarlas de verdad.
Sobre la planificación de nuestra temporada y sus ciclos no me extiendo aquí, porque está planeado tratarlo en profundidad en otra entrada. Y también espero hablar de lo que entendemos nosotros por "conquista".

(3) Que no os asuste el nombre, ¡no es realmente un cuadrado! :P

(4) Eso sí: no tengo claro que alguien pueda distinguir fácilmente de qué ira nuestra sesión observando solo la activación.

(5) Esto no quiere decir que nosotros NUNCA lo usemos, pero si lo hacemos es solo brevemente dentro de los ejercicios análiticos (que luego veremos) para coger una mecánica de movimientos. Pero lo consideramos una excepción.


(6) Ya sabéis que a veces nuestros Círculos Sagrados tienen una duración algo excesiva (y eso, siendo generoso conmigo mismo)
. En gran parte es por las ganas que tengo de hablarles de mil cosas a l@s chic@s (y creo que ya traté algo de eso en otra parte), pero otra importante razón la trataremos en otra entrada.

(7) Para mí, la adaptación se diferencia de la activación en que se enfoca a habilidades concretas. Mientras que usamos la activación para llegar a un punto de "intensidad" física y mental adecuadas, la adaptación pretende facilitar las funciones psicomotrices o mentales necesarias para un determinado objetivo, sin buscar aprender o mejorar ningún elemento técnico o táctico. 

Por ejemplo: juegos con las manos para facilitar el posterior manejo del balón; ejercicio de cuclillas para facilitar que en la siguiente actividad se baje el centro del gravedad del cuerpo (para placar, por ejemplo); juegos de asociación con compañeros; juegos de toma rápida de decisiones... aunque no tengan nada que ver con el rugby.