sábado, 15 de agosto de 2020

El entrenamiento de destrezas: la sesión

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El entrenamiento de destrezas: principios básicos (II)

  Terminamos la lista de principios básicos iniciada en la entrada anterior con el último de ellos, pero no por ello menos importante, al contrario:



DECONSTRUIR LA TÉCNICA

  Difícilmente podría exagerarse la importancia de este pilar de los entrenamientos técnicos. Descomponer cada destreza en los gestos que la integran es algo fundamentalísimo, sin lo cual no hay forma de enseñarlas apropiadamente. 
     Entre otras cosas sirve para dotarnos de todas estas herramientas:  

+ Identificar de forma precisa dónde falla la ejecución y aplicar correcciones pertinentes.
     Por poner un ejemplillo: en cuanto al pase con spin normalmente se habla de la posición de las manos para recibir el balón, de la posición del codo, de "apuntar al soltarlo"... Pero no tanto del "latigazo" de la muñeca, que en última instancia da potencia al pase. Es típico que algun@s recién llegad@s al rugby no consigan realizarlo de forma espontánea y simplemente "empujen" o acompañen el balón, que volará flojo, pero si se usan ejercicios concretos para mejorar este gesto spueden progresar mucho más rápido.
     En fin, para cualquier skill hay que desenmascarar lo que no funciona y a veces un elemento con el que no contábamos (o que dábamos por hecho) basta para cambiarlo todo. Por eso necesitamos saber descomponer la técnica en todas las partes que podamos para tener una visión lo más clara posible y poder centrarnos en lo que falla, proponiendo ejercicios (y palabras clave) adecuados para corregirlo(1)

Dos elementos clave en el pase lateral: codo levantado para "amartillar" el brazo que dispara 
y acompañamiento al soltar el balón para "apuntar" con mayor precisión.
Ambos gestos son evidentes, pero hay otros que requieren mayor análisis y que pueden suponer un revulsivo en cuanto a eficiencia 
(en esta o en otras destrezas). Pero no solo hay que conocer el qué, sino también el porqué.


+ Trazar una adecuada progresión del aprendizaje.
     Al conocer los componentes de una técnica podemos ordenarlos de diferentes maneras para trabajarlos. Algunos ejemplos:
De los gestos más simples a los más complejos, según la dificultad de su ejecución.
De los gestos iniciales a los finales: por acumulación, asentando unos tras otros según su orden en la secuencia de la ejecución.
De los gestos esenciales a los accesorios: trabajar las partes que aseguran una ejecución decente para después ir puliendo las que no son tan decisivas pero sirven perfeccionarla.

     En cualquier caso, la progresión fundamental será comenzar con ejercicios cerrados para automatizar los movimientos e ir incrementando y variando la presión para implementar la toma de decisiones. Además, los ejercicios forman parte de una sesión de entrenamiento que también se estructura con una progresión, de la que hablaremos en la próxima entrada.
     Dicho esto, cabe recordar que no es buena idea tratar de implementar demasiados gestos nuevos a la vez y convendría que los anteriores estén asentados antes de pasar a los siguientes, aunque a menudo no tenemos tanta paciencia 😩

+ Diseñar una activación previa al entrenamiento más adecuada para maximizar el rendimiento en la sesión.
     Normalmente, los calentamientos "típicos" son algo incompletos. No basta con cualquier ejercicio físico y estiramientos para "entrar en calor" . Sería más indicado enfocar el "calentamiento" (qué poco me gusta la palabra) a lo que vamos a trabajar a continuación. Al descomponer las destrezas podemos identificar en qué elementos concretos debemos centrar una sesión y preparar también una activación acorde, centrada en grupos musculares determinados, postura, visión periférica, asociación, comunicación... dependiendo del tema que se vaya a trabajar. Por eso se suele decir que alguien que observe la activación debería ser capaz de saber de qué irá la práctica.
     Por ejemplo, si vemos que hay que trabajar la postura corporal previa al contacto, entonces sería ideal recurrir antes a actividades que obliguen a ls jugadors a bajar su centro de gravedad. De esta forma la sesión será mejor aprovechada, puesto que los cuerpos van a estar mejor adaptados a sus exigencias. (2)

+ Decidir los elementos clave que deben ser entrenados y diseñar sesiones o talleres acordes a ellos.
     En mi opinión, por ejemplo, la clave del placaje está en el encuadre y el juego de piernas y a menudo es justo su ausencia la que hace que nos desesperemos al ver a nuestrs rugbiers "poner pegatinas" durante un encuentro. Identificando esto podremos preparar una sesión específica sobre el encuadre para la siguiente práctica. 
     Pero, si no hacemos un buen análisis y no somos conscientes de dónde está el error, nos quedaremos únicamente con la idea que "falla el placaje". Y así es probable que en la siguiente sesión les hagamos hacer, de nuevo, placajes "estáticos" (o, peor, de rodillas) hasta reventar y quedemos satisfechos con el resultado y después volvamos a tirarnos de los pelos cuando de nuevo se les escapen todos los rivales en el próximo partido. 
     No es que ls jugadors no sepan placar, es que no han practicado los elementos que cuentan de verdad, sino solo una parte del proceso, quizás la menos importante.

+ Elegir las palabras clave que desencadenen los gestos que necesitamos, así como los refuerzos más productivos tras una mala (o buena) ejecución.
     Volvamos al ejemplo del equipo que no consigue encuadrar. ¿Cuántas veces hemos oído a entrenador@s (o a nosotrs mism@s) gritar "¡PERO PLACAD!" o algo peor? Por los resultados obtenidos ya deberíamos ser tod@s conscientes de que estas "instrucciones" no suelen servir para mucho. De hecho, abundan en lo obvio y más bien sirven para desmoralizar un poco más a ls jugadors (y se dicen cosas mucho peores), con nuestro lenguaje corporal en la banda contribuyendo al drama.
     Si queremos mejorar su eficacia conviene asistirles con consignas más precisas en forma de "palabras clave" que desencadenen acciones concretas. Y tanto unas como otras tendremos que haberlas incorporado en los entrenamientos.
     Por ejemplo, si para encuadrar necesitan bajar el centro de gravedad, podemos usar "baja" o "culo"; o "pantalón" o "abajo", para conseguir que focalicen su atención en el tren inferior del rival y eviten levantarse; o "invade"; o "pies vivos" o "pa-pa-pa" una vez hecho el contacto... O, simplemente, "encuadra", si sabemos que con eso provocaremos toda la serie de gestos que buscamos. Etcétera.

La "mesa de DJ" ideada por David Carreras es una curiosa pauta 
para las variaciones que podemos aplicar en los ejercicios.
Alterando parámetros diferentes obtenemos escenarios en los que será necesario usar skills diferentes 
y condicionamos la toma de decisiones.

   Pero tampoco es lo mismo, tras un buen placaje, decir simplemente "buen placaje" que concretar diciendo "bien bajado el centro de gravedad" (o más corto: "bien bajado") o "bien encarada la cadera" ("buena cadera"), puesto que con estas últimas frases ayudamos a fijar la conducta y a darle sentido a una acción que quizás ha sido fortuita. El feedback ha de ser concreto para que sea útil.
     Lógicamente, el vocabulario empleado ha de ser unificado dentro de un equipo y, a ser posible, consensuado. Si cada cual aplica cualquier palabra que se le ocurra, perderán eficacia. Pero, para dar con las palabras clave, antes hay que dar con los elementos clave de cada skill. (3)

+ Establecer objetivos coherentes basados en el proceso de ejecución y  "criterios de éxito" para cada ejercicio.
     Si hemos identificado toda la variedad de gestos que nos interesa y seleccionado algunos para trabajarlos, nuestra meta ha de ser que consigan ejecutarlos correctamente. Pero más importante (y más difícil cuanto más jóvenes) es que ls jugadors interioricen el auténtico objetivo de cada ejercicio.
     Por ejemplo, puede pasar que estemos trabajando la posición de la cadera, o cualquier otro elemento concreto del placaje, pero ls jugadors perciban que lo que practican es "placar" y estén satisfech@s solo con derribar al contrario, aunque no lo hagan de la forma que se esperaba (y ahora costará un poco más convencerles de cómo han de hacerlo). O que al practicar skills de ataque se contenten con conseguir una marca, a pesar de no haber ejecutado bien el proceso. Aunque crean que ha sido un logro, no es lo que buscamos, porque con esa ejecución en absoluto podemos estar seguros de que se salgan con la suya cuando estén presionad@s por rivales en el último minuto de un partido igualado.
     Es decir: el objetivo, el "éxito", no es atrapar el balón, o que llegue a mi compañero, ni derribar al rival, ni hacer marca... sino conseguirlo mediante el uso de la técnica adecuada para asegurar el éxito en la mayoría de situaciones.

     Por eso es tan importante que aprendan a entender (o, mejor, nosotr@s aprendamos a dejar claro) cuáles son los "criterios de éxito" de cada actividad. Es decir, qué buscamos conseguir. No el resultado final (el derribo, la marca) sino el proceso (la ejecución con determinada técnica), porque si este se asienta bien los resultados llegarán y serán consistentes.
     Para conseguirlo debemos ayudarnos con los refuerzos correctos o, por ejemplo, otorgando puntos por acciones concretas, tanto en defensa como en ataque y tanto si el resultado final es, o no, el esperado, en vez de premiar las consecuencias. 
     Tenemos, en fin, un gran cometido en lograr que mantengan el foco atencional hacia los objetivos reales y no hacia los subjetivos.



     En general, no sé hasta qué punto somos conscientes de la cantidad de gestos en los que podemos descomponer las diferentes técnicas o de, más importante aún, cómo gestionarlos. Pero a medida que transcurren entrenos y partidos aplicando una mirada analítica nuestra lista irá aumentado y también iremos variando la prioridad que damos a unos u otros. Sin olvidar que también vamos a estar condicionados por las capacidades de nuestrs jugadors.
     Todas las herramientas que acabamos de ver se derivan de la capacidad de dividir cada destreza en sus componentes, por lo que quiero señalar una vez más su absoluta importancia a la hora de enseñarlas. Ahora bien, como entrenador@s no ha de bastarnos saber cuáles son los gestos necesarios, sino también por qué, es decir, los principios subyacentes. Y, si es posible, debemos enseñárselos también a nuestrs jugadors, porque así tendrán una guía más clara para autoentrenarse y para experimentar.

          *          *          *

     Resumiendo, los principios básicos presentes en la planificación del entrenamiento de los core skills que seproponen aquí son:
  • Universalidad
  • Presión
  • Deconstrucción
     De ellos se deriva la planificación de las sesiones y la mayoría de estrategias con las que las manejamos. Y en la próxima entrada nos centraremos en ello y en su psicología, que, como se ha podido ver, está permanentemente presente. 


     ¿Reconocéis estos principios y estrategias en vuestros planteamientos? ¿Cuáles usáis? ¿Y alguna de manera inconsciente? ¿Cuáles quitaríais o añadiríais? ¿Creéis que están asentados?  ¿Con cuál habéis dado que consideréis poco usad@?

El entrenamiento de destrezas: principios básicos (I)

 In skills we trust. O deberíamos. Por eso aquí intento poner en orden todas las claves del entrenamiento de destrezas observadas y aprendidas aquí y allá. Y ojalá sirva también para originar un intercambio de ideas al respecto, pues eso es lo realmente enriquecedor y uno de los objetivos de este blog.

     Como a mi propio aprendizaje sobre este tema aún le queda mucho recorrido, será interesante volver a esta entrada dentro de un tiempo y comprobar su evolución gracias a nuevos descubrimientos.

Qué entender por destrezas


     Dicho en breve, las destrezas, o skills, son las técnicas (pase, placaje, etc.) ejecutadas bajo presión:

Técnica + Toma de Decisión (bajo presión) = Destreza

     Un skill no es tal si no se puede completar continuadamente bien en un entorno de competición que obligue a tomar decisiones instantáneas.
     La presión,que es la que obliga a tomar decisiones, proviene de fuentes muy variadas. La más común puede ser tener enfrente jugadors rivales cuya intención es evitar que te salgas con la tuya. Pero también aporta presión el tener que ejecutar una técnica en velocidad, una limitación de tiempo espacio, un marcador adverso, un arbitraje inconsistente o (muy importante) la fatiga(1)

     Así pues, una destreza supone la elección de la ejecución más adecuada y la habilidad para llevarla a cabo según las circunstancias inmediatas del juego. Podríamos decir que mientras la técnica es solo el gesto, la destreza es el uso táctico del gesto. Y mientras la primera se adquiere a base de infinidad de repeticiones, la segunda, a base de infinidad de situaciones
     Lo que hemos de buscar ls entrenadors es que nuestrs deportistas adquieran la capacidad de tomar la decisión correcta en cualquier momento, de forma que acaben automatizando la reacción adecuada en toda una variedad de escenarios sin necesidad de pensarla. Es decir, lo que llaman "segunda naturaleza" o "competencia inconsciente". 
     Como suele decirse: no practicar hasta que se haga bien, sino hasta que ya no pueda hacerse mal. (2)

     ¿Y cuáles son las destrezas que trabajamos en rugby? Cada cual tendrá su propia lista con lo que considera esencial para el juego, pero si hablamos de destrezas básicas (o core skills), tenemos fundamentalmente estos cuatro grupos:
  • Pase (y recepción)
  • Placaje
  • Ruck/maul
  • Duelos (1 contra 1 y otras combinaciones)
A las que yo añadiría:
  • Evasión (el llamado footwork o juego de piernas/pies) 
  • Chute/recepción (en juego abierto)
     Por supuesto, hay otras destrezas involucradas en el juego del rugby, pero son solo ejecutadas por especialistas o son exclusivas de determinadas posiciones y tienen lugar con el juego parado. Por sus características entrarían en una clasificación distinta, pero gran parte de los principios aplicados al aprendizaje de las destrezas básicas se aplican también a ellas. (3)

      Son los skills los que permiten crear o aprovechar espacios, desordenar la defensa contraria y, más decisivo aún, mantener la iniciativa.
     Además, las destrezas son la base para las tácticas y estrategias de un equipo, de forma que su plan de juego estará limitado por su mayor o menor dominio de ellas y la mejor estrategia será la que tenga en cuenta sus habilidades y sus limitaciones. O dicho de otra manera: las destrezas permiten a los equipos ampliar sus posibilidades y sin skills las jugadas ensayadas son solo coreografías robotizadas que terminan en fracaso cada vez que surge algo que no estaba planeado (lo cual es bastante frecuente).     
    
Germán Fernández fue el primer entrenador de destrezas de los Pumas.
Su cargo se creó a raíz del asesoramiento de Graham Henry (exseleccionador 
de los All Blacks entonces campeones del mundo), 
quien les aconsejó que debían centrarse en lo básico, es decir, los skills:
si no pasas bien la pelota, les dijo, no hay sistema que funcione.

     
     Darnos cuenta de la importancia capital de los skills, de que es uno de los sustentos del resto del juego, es un primer paso (y el más fácil). El siguiente sería darles el lugar que merecen en nuestras sesiones de entrenamiento. Y, por último, debemos asegurarnos de que aplicamos coherentemente los procesos que maximizan su aprendizaje. Y para ello sirve tener en cuenta los principios que expongo a continuación.

Los principios fundamentales 


     Los que siguen son, para mí, los tres pilares irrenunciables del entrenamiento de las que hemos llamado destrezas básicas. De ellos se deriva la mayoría de claves que le dan forma (algunas las veremos en la segunda parte y otras, en la tercera).
     Entiendo que la gran mayoría de entrenador@s está de acuerdo con la teoría (al menos de forma general), pero creo que no siempre es puesta en práctica de forma sistematizada, o incluso consciente. 
     Insisto en que el debate será agradecido.


UNIVERSALES: PARA TODAS LAS POSICIONES

     Su propio nombre las delata: se denominan destrezas básicas porque tod@s ls jugadors, sin importar su rol en el equipo, han de dominarlas y tenerlas incoporadas en su repertorio elementalEs como el kit de supervivencia para jugar al rugby.
     Desde hace ya décadas cada vez se insiste más en que tod@s ls jugadors han de saber hacer (casi) de todo.  Y esto es más obvio (y necesario) cuanto más joven es un equipo, pero para ls adult@s no ha de ser una excusa la supuesta especialización de sus delanters y trescuartos.  
     El rugby ya no es un recital de música en el que "los delanteros cargan el piano y los trescuartos lo tocan". Cualquiera ha de poder cargar, tocar e incluso componer. Pero a pesar del tiempo que hace que esto ha ido cambiando, no siempre se plasma en la forma de entrenar.

     No hay que convencer a nadie de que es mucho más peligroso un gran delantero que tiene buena técnica de evasión, al igual que una ala con confianza en su técnica de ruck puede evitar que su equipo sea desbordado por un reciclaje rápido. Por ello es conveniente no solo enseñarles las mismas técnicas, sino también mezclarles en los entrenamientos para que las desarrollen en toda su variedad y para acostumbrarse a resolver enfrentamientos con jugadors de todo tipo, ya que eso mismo se encontrarán también en el juego.
    
     Podemos fijarnos en los All Blacks: sus delanteros (casi) siempre consiguen superar la línea de ventaja y avanzar algunos metros cada vez que llevan el balón. Eso no lo consiguen muchos equipos. Eso son skills.


PRESIÓN

     Si las hemos definido como el uso de técnicas bajo presión, entonces es evidente que debemos trabajar las destrezas bajo presión
     ¿Y qué entendemos por "presión"? Pues el conjunto de factores que interfieren en nuestra capacidad para concentrarnos en su proceso de ejecución, causando deterioro en la técnica y en el nivel de desempeño. 

     Para replicar la mayor variedad posible de esos factores en el entrenamiento hemos de recurrir a ejercicios abiertos, en los que el resultado depende de las decisiones que tomen ls jugadors, y juegos modificados, en los que las reglas y los objetivos se adaptan para provocar las situaciones que queremos que aprendan a resolver.
     Como veremos más adelante, los ejercicios cerradoslos que tienen definidio previamente cómo empiezan y cómo acaban (A le pasa a B; A placa a B con el hombro derecho), sí forman parte del entrenamiento de las destrezas. Pero solo pueden hacerlo en una primera fase, en la que se mecaniza el gesto técnico.


Dave Alred era el entrenador a quien el mítico chutador Wilkinson 
debía su destreza y más recientemente ha trabajado con Sexton (derecha), entre otros.
Es un innovador especializado en el rendimiento bajo presión, cuya definición he adaptado de él mismo. 


     Los elementos que permiten condicionar los ejercicios para repercutir en la toma de decisiones pueden ser:
  • El espacio: modificando las dimensiones (o la forma) del terreno de juego favorecemos unos tipos de situaciones sobre otros. Lo que ocurre en un campo estrecho y largo requerirá de unas destrezas distintas a un campo amplio y corto, por ejemplo.
  • La relación de fuerzas: podemos variar los componentes de cada equipo para provocar gestión de superioridades (o inferioridades), ya sean cuantitativas o cualitavias. O según en qué nos centremos podemos facilitar la ejecución a la defensa o al ataque.
  • Inyección de balónsegún cómo pongamos la pelota en juego podemos provocar auténtica magia a la hora de condicionar el desarrollo del ejercicio. Podemos controlar en qué zona se juega, qué equipo tiene ventaja, qué jugadors involucrar... y todo sin decir una palabra.  Y si vamos variando la forma de hacerlo provocamos que ls jugadors se mantengan siempre alerta.
  • Tipo de defensa o de ataquedando consignas sobre lo que una u otra pueden o deben hacer potenciamos el uso de determinadas destrezas o la búsqueda de nuevas soluciones. Por ejemplo, el nivel de defensa que permitamos (tocar, agarrar, placar, recuperar...) favorecerá unos elementos del ataque u otros, según lo que necesitemos trabajar. O limitando el número de pases que se pueden dar forzamos la necesidad de ser más eficientes en ataque.  
  • Tiempolimitar el tiempo con el que finalizar con éxito una secuencia de juego también ayuda a buscar soluciones más eficientes.
  • Marcadorbasta contar en voz alta los puntos (otorgados con el criterio que sea) para despertar en ls deportistas la competitividad. Es decir, para que se sientan presionados. Va muy relacionado con el factor tiempo, ya que la misma diferencia de puntos no es igual a falta de 20 minutos que a falta de uno. Entrenar con marcador ayuda a aprender a gestionar una (des)ventaja.
  • Arbitraje: se puede optar por aplicar un arbitraje poco consistente en los entrenos, de forma que se acostumbren a lidiar con esa situación sin desconcentrarse y también aprendan a leer la forma de arbitrar para usarla a su favor.
  • Fatigano es lo mismo ejercitar las destrezas al comienzo de la sesión que, por ejempo, después del entrenamiento físico. En este último caso generamos una exigencia extra que replicará la que se encontrarán en competición. La mayoría de partidos se decide en los últimos 20 minutos, por lo que es clave estar preparad@s para llegar mentalmente más frescos a esos momentos en los que la toma de decisiones resulta más difícil.  Otra forma de conseguirlo es mediante repetidos intervalos de varios minutos de juego intenso sin paradas.
  • CAOSprobablemente, el mejor escenario para para afilar y poner a prueba la técnica. Favorece el recurso a soluciones más creativas y más rápidas debido al escenario inusual y variable que se encuentran.  Se puede provocar caos de muchas maneras, pero mi favorita es la de inyectar balones sin criterio aparante respecto a dónde, a quién, cuándo, cómo, o incluso cuántos.
     Me gusta pensar que el juego del rugby es caos la mayor parte del tiempo (y, de nuevo, esto es más cierto cuanto más jóvenes son ls deportistas) y que se han de tomar mil decisiones cada segundo. Y ahí las destrezas juegan un papel primordial. Sin ellas no se puede sobrevivir. Primero, porque cuanto más las dominemos más podremos mantener el orden o el desorden, según nos convenga. Porque, segundo, cuanto más desorganizado está el juego más se impone el equipo que domine los skills. Por ello han de incluirse frecuentemente situaciones de juego desestructurado (loco, incluso) en las sesiones de entrenamiento.

     En fin, hay un sinnúmero de formas más o menos originales de recrear el tipo de situaciones que nuestros equipos necesitan trabajar y seguro que cada entrenador/a tenéis las vuestras propias. Aquí tenéis un espacio donde serán bienvenidas si queréis compartirlas.

     El último de los que considero principios básicos, la deconstrucción de las destrezas, lo abordaré en la siguiente entrada por cuestiones de espacio. En la tercera hablaremos sobre la estructura y herramientas para el desarrollo de las sesiones de entrenamiento de destrezas.