jueves, 18 de abril de 2019

Talento... ¿Qué talento?

      Una vez, en un amago de encuesta improvisada e informal, pregunté a ls chic@s del equipo qué compañers pensaban que tenían más talento jugando al rugby. La siguiente pregunta fue qué compañers creían que se esforzaban más.
No fue ninguna sorpresa que las dos respuestas fueran casi idénticas, porque, obviamente, NO es una casualidad. De lo que tenía que darse cuenta la muchachada es de que hay una relación entre el “talento” (sea lo que sea eso) y el esfuerzo; y ell@s deberían sacar la conclusión de que lo primero es consecuencia de lo segundo. Y si no es así, entonces… ¿qué sería el talento?

Llevo un tiempo intentando encontrar una cita que leí hace años. Un reconocido entrenador de rugby decía algo así como que no creía en el talento natural porque no había sabido de ningún bebé que nada más nacer pudiera hacer un pase de 10 metros con spin. Sabemos que estaba exagerando, pero también sabemos a qué se refiere: que no se nace con talento, sino que se llega a tener talento. Así que hay expertos en rugby también afirman que el talento es algo que se puede entrenar. Y eso son muy buenas noticias para tod@s. (1)
Algunos autores que no tienen nada que ver con nuestro deporte afirman que existe una "ley de las 10.000 horas", según la cual esta sería la cantidad aproximada de tiempo de práctica que se requiere para alcanzar la maestría en algo (2). Es decir, más gente cree que el talento se alcanza con trabajo.
Pero no corráis a hacer cuentas de las horas que lleváis para saber qué día exacto alcanzaréis la gloria. Aun suponiendo que esa ley sea cierta, no bastaría con acumular entrenamientos, uno tras otro, hasta llegar a la cifra mágica. Por eso ahí va una advertencia: no valdrá cualquier práctica. O dicho de otro modo: no vale practicar de cualquier manera. Es necesaria una ‘práctica deliberada’, de la cual hablaremos más adelante.

Cada entrenamiento tiene su propósito y sus criterios de éxito. Atente a ellos para que sea más útil en tu desarrollo.

Lo que marca diferencias


Tras decir esto, me vienen a la cabeza algunos entrenamientos técnicos. Resulta fascinante comprobar cómo hay jugadors que no aciertan a realizar de forma aceptable un gesto sencillo, aunque ell@s sean perfectamente capaces. Ni descomponiéndolo en elementos básicos aislados e imitándolos tras una demostración. O quizás el gesto en sí lo hacen bien, pero con un balón en la mano ya no (o añadiendo cualquier elemento sencillo al elemento básico previo) (3).
Observando estas situaciones se puede ver que algunas acciones totalmente al alcance de cualquiera solo son ejecutadas a la primera por alguns, mientras que otrs no lo hacen razonablemente bien tras varias sesiones.
Se comprueba, pues, cómo alguns jugadors son capaces de aprovechar mejor su tiempo de práctica. Y ahí es donde se ven las auténticas diferencias entre un@s y otr@s. Pero, ¿es eso talento? Si no lo es, para mí se empieza a aproximar.

Es muy interesante ver que grandes expertos vienen coincidiendo en que la cualidad más importante que debería desarrollar una persona es su capacidad para mantener la atención. Es decir, centrarse en una tarea o poder esforzarse para conseguir una recompensa futura mayor que la que se puede conseguir de forma inmediata (por ejemplo: no hacer el ejercicio de la forma fácil, sino de la forma que me ayudará más en mi desarrollo).
De hecho, ¡mucho ojo a esto!, algunos estudios muy interesantes revelan que la capacidad para mantener la atención es mucho más importante que el coeficiente intelectual a la hora de predecir el futuro éxito de un/a niñ@.

Y ahora me gustaría que volvierais a leer esto último y dejarais que calara bien la idea.

Tira adelante con fuerza y te ovidarás de si tienes "talento" para el rugby o no.

  
Entonces, todo va cuadrando. Entre la observación cotidiana de los entrenamientos y las teorías de los que saben de verdad de esto podemos ir intuyendo lo que creo que deberíamos considerar un auténtico “talento para el rugby”: ni más ni menos que saber centrarse en la tarea durante su entrenamiento. Con lo que estaríamos aprovechando realmente las horas de práctica para poder alcanzar las mágicas 10.000. No hay más.
 Bueno, sí. Hay algo más.Veamos. 

En la receta para el éxito hay en realidad un puñado de ingredientes. Entre ellos, no pretendo negarlo, está también la predisposición natural de un individuo para desempeñarse bien en un deporte. Sin embargo, se trata solo de un punto de partida, y es la combinación de todos los elementos lo que cuenta.
Es cierto, cada cual tenemos una genética, pero también influye el ambiente en el que crecemos (entorno familiar, económico, social…); y ls entrenadors, ls compañers, el club…; influye el tiempo que le dediquemos a la práctica, pero también la calidad de esa práctica; e incluso también influye la suerte, así que fíjate tú.
Que quede claro: las “capacidades innatas” se quedan atrofiadas si no se las pone a trabajar. Desde el sofá de casa nadie ha llegado lejos en el rugby. 

Lo que pretendo aquí es daros mi propia lista de los componentes que determinan el éxito en el rugby (y normalmente en la vida), basada en lo que he podido ir observando desde que entreno a muchach@s. Lo mejor de todo es que la integran solo algunas cualidades que podemos controlar nosotr@s mism@s con algo de práctica:

1. Mantener la atención

Ya hemos hablado de la capacidad para centrarse en la tarea. Es básica. Su carencia la delata, por ejemplo, el hecho de no saber hacer dos gestos sencillos seguidos, aunque sepamos hacer ambos por separado. Y muy importante: no recordar cuál es el criterio de éxito de un ejercicio. Es decir, lo que hay que conseguir hacer para que se considere que ha salido bien. Por ejemplo, cuando queremos hacer el ensayo a toda costa, arrastrando a cinco defensas, pero resulta que en el ejercicio era obligatorio hacer dos pases de 5 metros para dar validez a la marca.

2. Autoexigencia

Explicado en pocas palabras: echarle ganas. Cantidad de veces se pueden ver jugadors que no atrapan un balón simplemente porque no han corrido todo lo que podían para llegar a él. O que optan por “comerse” las esquinas al dar una vuelta al campo… No es que no puedan conseguir hacer las cosas, sino que optan por ahorrarse el esfuerzo.
Esto resulta bastante dramático y destructivo, porque están escatimándose una fácil oportunidad de mejorar. También impiden formarse el hábito, o incluso la ‘memoria muscular’, que tanta falta hará cuando haya que emplearse bajo presión. Además, se están privando de la ocasión de lanzarse un mensaje positivo que tenían al alcance, cambiándolo por uno negativo.
Fijaos todo lo que se provoca a sí mism@ alguien que rechaza hacer ese pequeño esfuerzo, así que la próxima vez obligaos a no guardaros nada: llegad a ese balón, haced las diez flexiones enteras. Veréis como eso hará también que mejoréis en el el apartado que viene a continuación.

Corre todo lo que puedas para llegar y no podrás preocuparte de si tienes "talento" para el rugby o no.

 3. Autoeficacia (4) 
Cuidado aquí. Se trata de la confianza que un/a jugador/a tiene en sus propias capacidades. Las actitudes que delatan falta de autoeficacia y sus consecuencias pueden ser bastante similares a las de la falta de autoexigencia.
Veremos un par de ejemplos de baja autoeficacia:
- Un/a jugador/a que va a intentar un chute a palos, pero dejando bien claro a todo el mundo que apenas se va a esforzar. De esta manera nadie podrá reírse de él/ella por haber “fracasado”.
- Más sutil es cuando está a punto de completar una acción correctamente, pero en el último momento la “aborta” y no consigue culminarla. Por ejemplo: encuadra, golpea con el hombro, va a cerrar los brazos alrededor de las piernas... Y entonces le suelta.

En ambos casos, ls jugadors implicads tienen unas creencias que les impiden tener un buen rendimiento y mejorar. Y los dos son realmente dramáticos. El primero, porque a la creencia de no verse capaz se suma la creencia de que ls demás van a juzgarle y entre ambas lo único que se consigue es estancarse y no mejorar (con toda la rueda de automensajes negativos que también conllevará). El segundo ejemplo es doloroso porque queda claro que sí es capaz, pero su falta de confianza le hace recular justo antes de poder demostrárselo a sí mism@. Y, por supuesto, al no completar con éxito la acción se sentirá más convencido aún que antes de que no es capaz. Un drama.

Ls muchach@s tienen una cantidad de convicciones (a menudo erróneas) incrustadas en la mente que les hacen formarse una imagen de sí mismos y de su relación con los demás. Las creencias pueden ser limitantes o proporcionar oportunidades y es importantísimo que reciban los mensajes adecuados y que también aprendan a darse a sí mism@s mensajes positivos (5). 
Volved a leer también esto último, por favor. Es crucial y el tema merecería ser tratado en profundidad en otras entradas.

4. 'Práctica deliberada'

También lo hablábamos antes: para mejorar no vale con entrenar de cualquier manera, sino que hemos de convertirlo en lo que llaman ‘práctica deliberada’ (aunque yo prefiero llamarla ‘práctica orientada’). Y para poder considerarla así deberá cumplir, al menos, estos requisitos:
- Ha de estar pensada (o diseñada) para mejorar el rendimiento. Esto significa, primero de todo, adquirir ese propósito. Además, probablemente necesitará la guía de un/a entrenador/a y será necesario aislar los elementos específicos que requieran mejora.
- Ha de ser exigente: si nos manejamos dentro de nuestros límites, estos nunca se expandirán. Pero también significa que no ha de ser solo diversión.

Lucha por cada balón para tu equipo y no te plantearás si tienes "talento" para el rugby o no.


Entonces, la cosa queda en que enfocar nuestra atención, exigirnos todo lo que podamos dar, crearnos unas creencias positivas razonables sobre nosotrs misms y entrenar de forma provechosa nos asegurará una auténtica progresión en el rugby. Y, por supuesto, en la vida. ¿Queréis que llamemos esta mezcla “talento? (6)

Pues aún nos queda una sorprendente revelación más.

Resulta que hay una sencilla herramienta que nos facilita conseguir mejorar en estas cuatro capacidades (¡todas ellas!): el establecimiento de objetivos. Puede que a alguien le suene, porque lo tratamos en profundidad en esta entrada. Os sugiero que le echéis un ojo (otra vez, espero) y reflexionéis sobre cómo creéis que los objetivos pueden ayudarnos a conquistar las cuatro dimensiones de lo que aquí hemos definido como talento.

      No perdamos el “norte”


Si todavía hay alguien a quien no le convencen estas cuatro cualidades como sustitución del talento ni nada de nada; que sigue pensando que el talento está ahí y tenerlo o no tenerlo nos determina para los restos; si aún hay gente que piensa que se tiene o no se tiene y punto, aparte de creer que se equivoca, voy a decirle que tenemos aún más buenas noticias.

Pongamos que es verdad. Que hay quien lo tiene y quien no. Que solo algun@s nacieron bendecid@s con unas dotes superiores para el rugby. Venga, voy a hacer ver que estoy de acuerdo por un momento…. Pues aun suponiendo que sí, que existe el talento para el rugby y que solo algún@s lo tienen, hay que decir que no es, en absoluto, necesario.
De hecho, hace un tiempo que circula por internet, y de vez en cuando vuelve a emerger, una lista de "cosas” que no requieren ningún talento. Y no son precisamente tonterías. Espero que estéis preparad@s, porque allá va:

Muestro la lista también en inglés por si alguien aprecia matices que se pierdan en la traducción.

 Como veis, todas estas cualidades nos pueden servir para la vida en general, pero la mayoría también sirven para el rugby (¡qué interesante la número 8!).
Échales un ojo y si sigues creyendo que tú no tienes “eso” que hace falta (llámalo como quieras), te invito a reflexionar: ¿Han de esperarte al comenzar un entreno, o siempre que puedes llegas con tiempo? ¿Muestras buena actitud en lo que haces? ¿Qué tal es tu lenguaje corporal? ¿Das siempre un poco más, o te ahorras algunos esfuerzos?...

Relacionadas exclusivamente con el rugby hay también una serie de acciones más concretas, que tampoco requieren talento, a pesar de ser totalmente fundamentales. Se llaman ‘acciones norte’ precisamente porque ‘NO Requieren Talento Específico’ (NO.R.T.E.) (7). Es decir, que las puede hacer todo el mundo (si le pone ganas). ¿Cuáles son?:
- Correr: no ir andando, sino ir todo lo deprisa que se pueda a donde haga falta.
- Levantarse: no quedarse en el suelo más tiempo del necesario y hacer el esfuerzo de ponerse en pie lo antes posible para ser útil.
- Anticiparse: estar preparads para lo que viene inmediatamente. Hemos comprobado infinidad de veces que ls jugadors ya saben lo que va a ocurrir en los próximos 2 segundos. Sin embargo, la gran diferencia está entre quienes ‘actúan’ ante lo que va a pasar y quienes ‘reaccionan’ ante lo que ya está pasando. Es decir, tomar la iniciativa.
- Recolocarse: donde se pueda ser más útil para el equipo, en vez de remolonear donde poder “esconderse” o quedarse mirando.
- Comunicar: tod@s tenemos boca para hablar y tod@s tenemos la capacidad para gritar para que se nos oiga bien.

¿Y qué significa que ninguna de estas acciones requieran ningún talento? Pues ni más ni menos que si no las hacemos es solamente porque somos nosotr@s quienes elegimos no hacerlas.
¿Te levantas del suelo en seguida para ir a placar a otr@ rival? ¿Vas siempre corriendo a apoyar? ¿Tus compañers oyen bien lo que les tienes que decir?...


Plantéate primero si cumples con los diez puntos de la lista y con las acciones norte. Y si no es así, entonces no puedes decir que el talento existe y que tú no lo tienes.
Ve al campo a entrenar y comienza a aplicarte con todas estas actitudes que no requieren ningún don especial y entonces veremos. Algo me dice que, de repente, empezarás a creer que tienes ese dichoso “talento” para el rugby.


miércoles, 3 de abril de 2019

Misiones de cada jugador/a según su posición (II): la tercera línea en la melé.

        La tercera línea, compuesta por ls tres 'terceras', se denomina así porque ocupan esa posición en la formación de la melé. Aquí están:
- Flanker del lado cerrado, que corresponde al número 6.
- Flanker del lado abierto, que suele llevar el 7.
- El/la ocho, que, efectivamente lleva el número 8.

          Ls tres han de tener claro esto: todo lo que ocurra en los alrededores de una melé es responsabilidad de la tercera línea. Y es siempre necesaria una buena coordinación del 8 con ls flankers y con el 9 para saber que cada cual se prepare para lo que ha de ahcer a continuación.

Agarres y posicionamiento

          Ls flankers son quienes menos exigencias tienen en el agarre, puesto que solo han de sujetarse a un segunda y han de estar list@s para salir disparads de la melé. Su hombro interior empuja el culo del jugador de la primera línea que tengan delante.
          Pueden esperar "relajad@s" de rodillas hasta la señal de bind del árbitro, cuando ya se colocarán en posición y de puntillas para conseguir la mejor postura para empujar adelante a la señal de set.
        El 8, sin embargo, ha de meter la cabeza entre la cadera de ls segundas y debe procurar mantenerles juntos y derechos si hay falta de consistencia en la formación.

Entrada y empuje


          Ls terceras tienen más fácil que el resto el entrar en posición de set a la señal del árbitro y por ello han de cumplirlo sin excusas. 
          Y dejemos esto bien claro: la tercera línea ha de empujar. Y de forma tan eficaz como la primera y la segunda. Es cierto que han de estar atent@s a la salida del balón, pero su primera misión es empujar junto con el resto de la delantera. Y ese empuje ha de ser hacia delante. Al igual que ls primeras, han de evitar formar ángulos en las fuerzas de empuje o empujar “hacia dentro”.
       El/la 8 (o 'cierre') ha de encargarse también de que la formación mantenga la consistencia. Junto con el 2, es el/la líder de la melé, puesto que desde su posición puede dirigir al resto de compañer@s según lo que esté ocurriendo.

En la foto de la izquierda vemos cómo SÍ queremos que estén nuestrs flankers en la melé (círculo verde): postura de set para empujar, pero cabeza levantada para ver todo lo que pasa. Y también vemos
 lo que NO queremos (círculo rojo): culo más levantado que la cabeza y mirando al suelo.
En la imagen derecha el ocho, normalmente el último en entrar en la formación, está atento a la situación antes de meter su cabeza entre ls dos segundas. 
Ls ochos tienen la responsabilidad de tomar decisiones en la salida de la melé.

     Son ests tres jugadors quienes saldrán antes de la melé y por ello han de estar pendientes de la situación del balón para poder actuar inmediatamente.
Una vez que el oval esté ganado o perdido, generalmente, ya podrán dejar de empujar, puesto que en nuestra categoría no podemos avanzar ni retroceder más de un metro con la melé. Es aquí cuando se hace necesario tener la cabeza levantada, atent@s a la salida del balón y a la disposición de ls rivales.
Pero, como es lógico, si la melé está igualada y está aún disputándose el balón, han de mantener el empuje.


BALÓN GANADO POR EL EQUIPO RIVAL


          Levantando la cabeza ls terceras podrán ver qué se disponen a hacer ls rivales. A grandes rasgos, las opciones básicas son dos:

Ls rivales pasan el balón a la línea


  • El/la flanker de ese lado sale a toda prisa a interceptar a quien levanta el balón. Si prevé que no llegará a tiempo puede (y debe) ir directamente a cubrir el carril  del 10.
  • El/la 8 llegaría más tarde a bloquear ese balón en su salida, por lo que puede ir directamente a defender la línea o cazar a su 10.
  • El/la flanker del lado contrario saldrá rápido, rodeando los restos de la melé, a cubrir la línea para llegar al segundo agrupamiento que se produzca. O al primero, si fuera necesario. Siempre hará esto asegurándose de que el ataque no irá por el lado donde estaba situad@.
El equipo rival saca el balón de la melé abriéndolo a su línea: nuestr@ 9 acosa al suyo para evitar q suceda;
7 directo hacia su 10 para placarle y detener ahí el balón; 8 barriendo para apoyar en el carril del 10 o directo a por el 12 si le llega el balón; 6 rodea para llegar (o generar) el segundo agrupamiento.







 

Su 8 (o su 9) levanta el balón y corre con él


  • Entre el/la 9 y el/la flanker de ese lado no han de dejarle avanzar ni un metro.
  • El 8 llegará inmediatamente al apoyo y el/la flanker del lado contrario se colocará en los márgenes del agrupamiento preparad@ para mantener la presión defensiva y recuperar el balón.
Si su 8 levanta el balón y corre con él , nuestr@ 7 le intercepta; 8 apoya o corre al segundo agrupamiento (círculo B) si el balón ha salido hacia allí, donde también llegará el/la 6.
Si el ataque es por el cerrado: 6 intercepta y 8 apoya; 7 probablemente podrá quedarse cubriendo su zona.
Se entiende que el ataque del 8 seproducirá por el lado donde no esté nuestr@ 9. En caso contrario, el 9 también le intercepta.
Esta situación es similar si es su 9 quien levanta el balón y corre.








  
   Como digo, estas son las acciones básicas con las que nos encontramos, pero podrían darse combinaciones de ellas, como que 8 o 9 cojan el balón, avancen unos pasos absorbiendo defensa y lo abran a la línea. O que corran con el balón y hagan un pase interior, por poner dos ejemplos. 
En nuestra categoría no son comunes estas jugadas, pero si mantenemos un orden con las misiones de cada tercera bien claras, entonces estaremos preparad@s también para estas variaciones.


BALÓN GANADO POR NUESTRO EQUIPO


       Cuando hemos talonado y canalizado el balón en la melé, es muy importante que el/la ocho controle el balón entre sus pies, independientemente de lo que vaya a hacerse después. Y si ya sabemos hacia que lado sacaremos el balón de la formación, entonces habrá que prepararse de forma que se realice de la forma más eficaz.
     Una vez controlado el balón, nos volvemos a encontrar con dos opciones básicas para sacarlo de la formación: con un pase del 9 a la línea o levantándolo el/la 8 y entrando ('mandanga'). Vamos a verlo.


Nuestr@ 9 abre a la línea


        Muy importante aquí es asegurar el balón en los pies por parte del 8 y permitir que lo saque en las mejores condiciones, como se ve en el esquema. Además, ls flankers han de entorpecer todo lo posible el acceso del 9 rival. Esto se consigue sacando, más o menos disimuladamente, el pie para q no pueda pasar, pero siempre manteniéndose agarrads al segunda.


Este esquema muestra cómo debería colocar sus pies el/la 8 uando nuestr@ 9 va a abrir el balón hacia la izquierda, de forma que se le deja amplitud de espacio para sacar el oval, mientras el/la 9 rival ha de quedarse (en teoría) razonablemente alejad@ por el otro lado.
Fijaos en cómo el/la flanker que tiene a su lado al 9 rival  saca su pie para entorpecer su presión a nuestr@ 9.

Os recomiendo que mientras leéis esto lo pongáis en práctica en vuestra casa para visualizarlo mejor.









 
          El/la flanker abiert@ y el/la 8 han de salir inmediatamente para seguir el recorrido del balón y estar al apoyo, para un pase interior o para el primer agrupamiento que se produzca, mientras que el/la flanker cerrad@ llegará al segundo, siempre que sus compañers hayan cumplido con su misión. Es decir, el 6 puede considerase una segunda cortina, tanto en defensa como en ataque.
Como podéis comprobar, el esquema es muy similar a cuando el equipo rival abre el oval a sus tres cuartos.


8 levanta el balón y ataca: MANDANGA


     Si el propósito es conseguir una marca, esta opción es aconsejable llevarla a cabo cuando:
          - La melé se forma bastante cerca de la línea de marca contraria.
          - Hay un lado cerrado no ocupado por la línea rival (aunque sí haya un/a ala).
          - El/la 9 rival está situado en el lado abierto.
          - Preferiblemente su zaguer@ está lejos del lado cerrado.
   - Podemos girar un poco la melé de forma que aleje a los defensores del espacio de salida.
     O sea: tenemos que estar atent@s a TODAS estas señales antes de decidir hacerlo.

Esquema de cómo iría un ataque de un/a 8 por el cerrado, siempre y cuando se realice con velocidad.
La jugada ha de ser comunicada a tods ls implicads para que podamos reunir esa superioridad, pero la superioridad no ha de usarse solo para ganar (o incluso generar) un agrupamiento, sino para mantener vivo el balón y el avance.
En caso de agrupamiento, el 11 y el 15 han de estar preparads para el offload o para un reciclado relámpago.

El objetivo de este movimiento es: 
          - Crear sorpresa.
          - Crear una superioridad física, ya que si se ejecuta bien la jugada, nuestr@ 8                      debería tener que enfrentarse solo contra el/la ala rival.
          - Crear una superioridad numérica, con la posibilidad de aglutinar 5 jugadors                       contra solo uno bien dispuesto de ls rivales.
          - Crear una superioridad cualitativa, ya que si el movimiento se realiza bien,                       nuestrs jugadors irán lanzads hacia delante, mientras que ls rivales                                   defenderán hacia atrás (excepto su ala).

          Las claves para esta jugada son: coordinación y velocidad. La superioridad solo se conseguirá si el movimiento se hace rápido y si cada jugador/a sabe lo que va a pasar y qué tiene que hacer. Hay que recordar siempre que queremos provocar una bonita sorpresa a ls rivales.

Y aquí vemos cómo se prepara la parte trasera de la melé para facilitar la salida de nuestr@ 8.
 Ya no solo el/la flanker entorpece la presión de la 9 rival, sino que nuestra 9 se queda en ese lado taponando su avance.
Los pies del 8 se colocan así para encararle hacia el exterior (aquí sería la izquierda). 




Por otra parte, es muy importante entender que no reunimos 5 jugadors en esa zona para crear un gran agrupamiento que podamos ganar, sino para proporcionar continuidad al ataque si el/la 8 es interceptad@. Es decir, no se trata de ganar un agrupamiento en el cerrado, sino de evitar que el balón se detenga.

     Lógicamente, las posiciones (del 9, de los pies...) y los movimientos serían hacia el lado inverso en caso de que su 9 esté a la izquierda y el lado cerrado a la derecha.

Una mezcla: 8 levanta para pasar al 9 ('Cadena')


          Aunque las dos opciones anteriores son las más básicas, podemos considerar otra que sería una combinación de ambas, en la que el/la 8 levanta el balón y se lo pasa al 9, que estará un poco más alejad@ de la melé, para que lo abra a la línea. Quizás es preferible esta opción si la pelota ha de abrirse a ls tres cuartos.
          Primero, el/la 9 se aleja de la formación, entonces el/la 8 coge el oval del suelo, sin necesidad de moverse de su posición, para absorber la presión del 9 rival, y hace un pase relativamente corto para el/la mediomelé para que mueva el balón a la línea.


Con este movimiento (que llamaremos 'cadena'), creamos un carril más en la línea de ataque que tendrá que ser defendido.
Es muy sencillo, pero requiere coordinación y rapidez de movimientos, que no es lo mismo que precipitación.

         
 De esta manera lo que conseguimos es:
- Posibilidad de cobrarnos un golpe a favor: nuestr@ 9 se aleja repentinamente de la melé con el balón aún entre los pies del 8, pero el 9 rival puede asumir que se ha llevado el balón y seguirle. Esto no sería legal, ya que sobrepasaría la línea de ls flankers sin que hubiera salido el oval de la formación.
- Eliminar la presión contra nuestr@ 9, asumiendo que será más difícil estorbarle al 8 el pase.
- Superioridad numérica de nuestra línea: al incorporarse el/la 9 tenemos un atacante más.
- Indecisión en la defensa contraria, al aparecer una persona más a quien cubrir y poder estirarse más la línea, y por ser un movimiento que no se suele ver en nuestra categoría.
- Más precisión del pase del 9, al estar más cerca de la línea cuando reciba el balón. O bien que la línea se abra hacia el exterior, al ganar un carril más en ataque.

     Un inconveniente sería la posibilidad de dar tiempo a la línea defensiva a presionar si la pelota llega demasiado tarde a nuestr@ 10.

     Pero, una vez más, el éxito de este movimiento dependerá de la velocidad y de la coordinación con las que se haga. Para conseguir todas esas ventajas que acabamos de ver, será necesario ejecutar la acción con toda la rapidez posible.


*          *          *

     Y para terminar, un pequeño ejercicio: mirad este vídeo (que solo dura 10 segundos) y analizad lo que ocurre: ¿Qué jugada es esta? ¿Ha tenido éxito? ¿Por qué lo crees? ¿Y cómo ha ocurrido? ¿Qué hacen los apoyos? ¿Qué hacen ls rivales?




Entonces, ¿tenéis alguna duda? ¿Tenéis alguna propuesta? ¿Alguna corrección? ¡Las comentamos siempre que queráis!